Esta columna no va dedicada a ningún candidato en
particular, va dirigida a todos. El precandidato de Lider es el que más se
expone, por tanto es el que más arriesga. Pero la realidad es que ninguno se
salva. Todos son igual de malos, igual de cínicos e igual de patéticos.
Violando la ley electoral Baldizón nos invita a que “hagamos de la ley nuestro camino”. Por su parte Sinibaldi habla de las obras que ha realizado
cuando es harta obligación realizar su trabajo como Ministro de Comunicación y por lo que además devenga
un salario. Mientras que Alejos propone refundar el Estado cuando su hermano es
señalado en campos pagados de una lista de activos de dudosa procedencia.
Podríamos seguir con los demás, pero no tiene caso. La conclusión es que todos
son lobos de la misma loma.
La Presidenta del Tribunal Supremo Electoral denunció la
semana pasada que de forma constante y permanente se viola la Ley Electoral y
de Partidos Políticos, por los candidatos y partidos que participan en una
campaña anticipada.
Estas personas están pidiendo al pueblo de Guatemala que lo
o la elija como Presidente de la República. Esto, como lo indicó la propia
presidenta del TSE, lo hacen violando las leyes vigentes. Según la Constitución Política de Guatemala
en su Artículo 183, son
funciones del Presidente de la República a) Cumplir y hacer cumplir la Constitución
y las leyes.
Si la primera función que le asigna la Constitución al
Presidente de la República, es que cumpla y haga cumplir la Constitución y las
leyes, qué podemos esperar si cada uno de los candidatos está pidiendo que nos
afiliemos a sus partidos promovamos su
candidatura a la presidencia violando la ley ¿Podemos ver el nivel desfachatez
que todo este proceso conlleva? ¿Cómo pueden ser tan sínicos?
Solo por ese hecho debieran de ser descalificados como
candidatos a la presidencia. Todos ellos nos están demostrando, de ante mano, que no les importa Guatemala, lo
único que a ellos les importa es llegar al poder sin ningún otro fin que para
servirse ellos mismos de ese puesto.
Ningún candidato habla de combatir la corrupción, de transparentar
la administración, de hacer un Estado más eficiente, más justo. Todos están
ofreciendo lo que no les cuesta a ellos, promesas llenas de vacío, mentiras
todas, amparadas en la ilegalidad de campañas anticipadas, al margen de la ley.
Todos estos son personajes capaces de vender su alma y a su madre madre al
mismo diablo con tal de llegar a la guayaba.
Que impotencia la que vive el ciudadano, que desesperanza, no
tenemos opciones. A estas alturas del juego ya no nos engaña tan fácil ningún
candidato, ningún partido, ningún buen hablador. Todos ellos son lobos
tratándose de disfrazar de ovejitas, verdaderas prostitutas haciéndose pasar
por virgencitas de primera comunión . ¿Hasta cuándo Guatemala? ¿Hasta cuándo?