Columna: Picando Piedra
Titulo: La Naciente Monarquía de Guatemala
Autor: Eugenio R. Fernández
Correo: picandopiedragt@gmail.com
Sin duda alguna Guatemala esta evolucionando de una república
hacia una monarquía. Ya no podemos hablar del debilitamiento de las instituciones del Estado. Ahora podemos hablar de la irrelevancia de
estas. La semana pasada sin más ni más, el Presidente del Reino anuncio la
compra por excepción de 33 mil armas y 4 mil cámaras de control. El General
afirmó en su discurso “Aquí no se aceptan
excusas. Yo asumo la responsabilidad y si es necesario hacer un acuerdo de
excepción para comprar armas, lo voy a hacer, y no me importa si vienen las
críticas. Y si es necesario hacer más compras de seguridad así, también lo voy
a hacer” solo le falto agregar: ¿Y qué?. Para poner la guinda en el pastel el
Ministro López Bonilla afirmó sobre la Ley de Contrataciones del Estado que: “Esta ley es anacrónica, obsoleta,
disfuncional totalmente. Está hecha para que no se haga nada. Una licitación,
si bien nos fuera, llevaría 108 días. Y si uno de los participantes impugna el
proceso, esto se parquea por completo”.
El Ministro López
Bonilla podría tener razón. Si en efecto tuviéramos una ley mala mi pregunta
sería ¿No existen mecanismos para modernizar nuestra ley? ¿No podría el
presidente proponer al Congreso un cambio a la Ley de Contrataciones del
Estado? Pero en nuestra pequeña
República es no, mejor nos la pasamos por el arco del triunfo otra vez. Es más
fácil, de todos modos, no pasa nada. Las instituciones de balance y control de
los países democráticos aquí no están debilitadas, simplemente se han vuelto
irrelevantes.
Es por eso que el
Presidente afirma que se hizo un usufructo del Puerto Quetzal cuando el mismo sabe
que fue una concesión. Que casualidad que la misma Ley de Contrataciones del
Estado estorbaba el negocio. Por eso nos la pasamos por el arco del triunfo
nuevamente y el Presidente hace lo que le viene en gana. Curioso que en ambos
casos es el Presidente quien asume la responsabilidad.
Guatemala esta
dejando de ser la República de Guatemala y se esta convirtiendo poco a poco en la
Monarquía de Guatemala electoral. Los
presidentes con cada turno se están convirtiendo más en Reyes y menos en
Presidentes democráticos. Una de las
instituciones más irrelevantes en este país es La Constitución Política de la
República, la cual indica en su artículo 183: que “Son funciones del Presidente de la República:
a) Cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes.” Por
supuesto que para los presidentes de turno deberían agregarle a este inciso de la
Constitución “si le parece al Presidente.
Si no que hagan lo que quiera”. De
todos modos ni el Congreso, ni el Organismo Judicial, ni el Ministerio Público,
y mucho menos la Contraloría de Cuentas,
van a cuestionar nada.
Si lo hacen es para
tapar el ojo al macho, como cuando el PP criticó a gobiernos pasados lo que “Su
Majestad” Otto Pérez Molina hace ahora. Protestar es parte del show de la
instituciones irrelevantes que se limitan a eso, si es que a eso llegan.
Esto, amigo lector,
solo nos llevara a la anarquía o monarquía pura y dura. Esta actitud de los gobernantes se debe a que
a nosotros los gobernados también nos pasamos por el arco del triunfo la Constitución
y las leyes cuando, como el Presidente, no nos convienen. El gobernante hace lo
que el gobernado le permite. Si no pregúntele a Turquía o Brasil cuando los
gobernados dicen hasta aquí ¿que sucede? Aquí estamos perfectamente cómodos con
la Monarquía de Guatemala.
¿Hasta cuándo los
abusos de los gobernantes en este país van a seguir? Hasta que el pueblo se lo permita. La culpa
no es de Otto Pérez Molina o de la Vice. La culpa es nuestra que permitimos estos
abusos. El tema es ¿hasta cuándo Guatemala?
¿hasta cuándo?