miércoles, 18 de diciembre de 2013

“VER O PERECER”

“Ver o perecer” es un libro escrito por el jesuita Benjamín Gonzáles Buelta.   Este libro hay que digerirlo durante semanas o meses, no se puede leer rápido.  Empieza comentando el “Ensayo sobre la ceguera” de Saramago y comenta la entrevista que la Revista Tendencias le hizo a Saramago, en la  que este afirma:
La perdida de la visión, es de alguna manera, la perdida de la razón que construye. Si toda la sociedad se vuelve ciega en ese sentido, si olvida la solidaridad, el deber, el respeto, se convierte en una especie de nido de serpientes. De ocurrir esto, la ceguera metafórica impera. Yo creo que la genta se está volviendo ciega porque no se esta dando cuenta de que nuestra manera de vivir es totalmente errónea y nos lleva al desastre que se podría producir si continuamos por el camino en que nos encontramos. Yo no creo ser catastrofista, pero no doy nada por el mundo dentro de cincuenta años.
Cualquiera pudiera definir a Saramago como profeta de nuestros tiempos, a pesar de su ateísmo. Ve lo que nosotros no vemos o nos negamos a ver.   Puede ver lo que va a suceder, pero no por revelación divina, sino porque es alguien que puede leer los signos de los tiempos y además conoce la historia del ser humano, por lo que solo conjuga la ecuación que da como resultado: la autodestrucción.
Explica Gonzales Buelta S.J.  sobre la obra de Saramago que “Es una metáfora del abismo hacia el que se dirige una sociedad que no ve la realidad generadora de muerte que tiene delante de los ojos, pero es también una llamada a mirar de otra manera.
En Guatemala estamos acostumbrados a criticar a los políticos, a los gobernantes, a los congresistas, a los jueces y magistrados, a los fiscales,  a todos sin clemencia. Pero nunca, ni por un segundo, podemos considerar que lo que sucede en el país es  también por causa nuestra, ya sea por inacción, ceguera o miedo. Somos incapaces de pensar que a Guatemala la estamos llevando, nosotros mismos, al abismo.
En nuestra mente, sí aparece, la borrosa imagen de que la situación es insostenible, pero por culpa de los otros, los que nos gobierna, jamás pudiera ser mí culpa. ¿En qué tipo de seres humanos nos estamos convirtiendo? ¿Qué clase de personas somos al no ser capaces de reconocer nuestra responsabilidad en todo este asunto? ¿Qué sociedad le dejaremos a nuestros hijos?
Culpar de nuestros males al grupúsculo que nos gobierna y contentarnos con la critica que se les hace,  como una estrategia para lograr un cambio, es suicida.    El reproche constante que se hace en Guatemala a los demás, es como dice Saramago: “la perdida de la razón que construye”, ya que no aporta a nada realmente.  Lo único que se logra es que la epidermis de nuestros políticos se vuelva más gruesa.
A Guatemala la estamos crucificando la mayoría de sus ciudadanos “de bien” porque no actuamos, ya sea por ceguera, miedo, indiferencia o su conjunto. Callamos de forma culposa y cómplice al no involucrarnos, al no ser solidarios. No queremos entender y comprender el deber que tenemos a actuar y luchar por un país digno,  justo y con oportunidades para todos. Estamos llamados hacer y construir un país diferente. No podemos seguir sobreviviendo y tolerando tanta injusticia y corrupción. Guatemala merece que luchemos por ella. Nuestras familias necesitan que luchemos por ella.
Que Jesús, en esta navidad, nos haga el milagro, nos de el regalo, de volver a ver las cosas como son. Que ver signifique ser ciudadanos responsables, valientes y dignos. Que ver nos permita velar por el bien común, como única y verdadera garantía de velar por nuestra propia familia y su futuro.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

¿SOPLAN CAMBIOS EN LA JUSTICA GUATEMALTECA?


Sin duda alguna para mi, la justicia es la piedra angular de la democracia. La justicia es la que debe mantener en jaque a todos los elementos que intentan debilitar la democracia, esto incluye al Ejecutivo, Legislativo y todos los elementos criminales y corruptos que como sanguijuelas chupan sangre del raquítico Estado y la población.

Es por ello que los grupos de poder y criminales, buscan incidir en la elección de Magistrados, Fiscal General,  Diputados y otros. El Congreso es al final el que elige a los Magistrados y hoy por hoy tiene en jaque a la Fiscal General, al no querer nombrar sus representantes ante del Consejo del Ministerio Público, quienes se encargan del proceso disciplinario de este ente y en consecuencia de destituir a los elementos nocivos.   Por lo que la Fiscal no puede despedir a la gente ineficiente, pero principalmente corrupta del Ministerio Público., hay caso de funcionarios a quienes se les ha seguido proceso disciplinario por más de quince veces .  Por lo tanto es evidente que el Congreso quiere y desea la impunidad, por eso no eligen al los integrantes del Consejo del Ministerio Público
Interesante el discurso del nuevo Presidente de la Corte Suprema de Justicia Lic. José Arturo Sierra que se puede encontrar en la web del Organismo Judicial.  Sin duda un hombre con reconocida honorabilidad Afirmó el presidente ,recién electo, que “es innegable que en una democracia con pretensiones de consolidación se necesita justicia y el acceso a la justiciaPara el cumplimiento de tales postulados, deben quedar proscritos y, al menos, minimizados, de la actividad jurisdiccional determinados fenómenos que conspiran en contra de una administración de justicia objetiva e imparcial, y menciono algunos.  Uno, la presencia del espectro nocivo de la corrupción, como un instrumento favorito del crimen organizado para penetrar en las variadas estructuras estatales, y cuya presencia en el sistema de justicia es letal. La corrupción está fuertemente vinculada con la impunidad, por cuanto relaja la actividad y las normas del castigo. No solo es un vicio ilegal, sino es un fenómeno contrario a la moral pública y hunde sus raíces en la mala conformación de la sociedad. Y si en el sistema encargado de la justicia, donde se deben de resolver los diferentes conflictos interpersonales y sociales, destaca la corrupción y se actúa corruptamente, la lógica consecuencia colectiva es que se pierda toda credibilidad y esperanza ciudadana frente al torrente de la impunidad. El Estado de derecho y la democracia, en estos casos, son percibidos por la conciencia ciudadana como un velo de legitimidad formal para justificar abusos.
Me parece que e hombre sin duda lo tiene claro. Pero una golondrina no hace verano.  Sin embargo ahora tenemos otro Comisionado de la CICIG que aparentemente viene a trabajar.  Haber puesto como prioridad el contrabando y a mucho pesar de la Vicepresidente Baldetti la corrupción electorera política, son sin dudas, muestras que Iván Velázquez no vino a Guatemala a escribir novelas policíacas  o a hacer de Juan Tenorio.
Si el presidente de la Corte Suprema y el Comisionado de la CICIG unen esfuerzos pudieran hacer mucho y probablemente cambiar la historia de nuestro país  Lo primero que haría en su lugar, sería procesar  a los Congresistas por incumplimiento de deberes al no elegir los miembros del Consejo del MP. Entonces una vez nombrado el Consejo, la Dra. Paz y Paz puede de una forma más efectiva y eficiente apoyar al sistema de justicia para su depuración.   Esta claro que este trio bien coordinado pueden lograr mucho en el tiempo que le queda a la CICIG.
Pareciera que los vientos del norte nos están trayendo otro tipo de clima en el Sistema de Justicia en Guatemala. Ojala se pueda aprovechar estas circunstancias y podamos darle un empujón a nuestra raquítica democracias, para el bien de esta dilapidada nación.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

GUATEMALA MUERE POR MIEDO, INDIFERENCIA Y SINVERGÜENCERÍA


Me impresiona como la mayoría de personas que tienen capacidad de discernir y entender lo que nos estamos jugando en el país, no hacen nada para cambiar la realidad de Guatemala.  Hombres hechos y derechos que no se atreven a levantar el dedo para decir: “No estoy de acuerdo no es correcto” “voy a oponerme a esto” “no voy a permitirlo”.  Los hay de diversa naturaleza, los cobardes, los indiferentes y los sinvergüenzas.

La justificación de la gente “honorable”,  es que son padres de familia, que hay que pensar en sus hijos, que hay que pensar en sus mujeres y claro, denunciar tiene un costo. Como yo lo veo es que  son disque hombres, que se escoden en las faldas sus esposas y en los pañales de sus hijos e hijas.   Estos “machos” se niegan ver  la clase de vida a la que están condenando a las futuras generaciones guatemaltecas, a sus propios hijos, por su cobardía disfrazada de paternidad responsable.   Son incapaces de aceptar la cloaca en que vivirán sus hijos y sus nietos por no tener hoy los pantalones bien puestos, por negarse a decir hoy de forma clara e inequívoca: “Ya no más” “Hasta aquí” “Basta ya!!!”.

El miedo que invade a la población es impresionante.   Ese miedo convierte a muchos en indiferentes e “impotentes” de enfrentar la realidad y las consecuencias de sus terribles omisiones.   Los miedosos que se vuelven indiferentes son cobardes,  tienen cura.    Sin embargo existen indiferentes naturales, a esos que le vale madre todo, con esos, no hay mucho que uno pueda hacer, desahucio de seres humanos.

Es irónico que los sinvergüenzas, que se reconocen como tales no me dan tanta cólera.   Ellos son sínicos, saben que son sinvergüenzas y  se aprovechan de la gente;  Además  se justifican a si mismos en que es más fácil robar y dilapidar al Estado que ganarse la vida honradamente, sin que enfrenten consecuencias, los culpables de sus actos somos nosotros.

A todos los “honorables” que son incapaces de ensuciarse sus pulcras manos para defender su tierra.  Los “honrados” que callan y voltean a ver al otro lado, para no enterarse, lo que saben a ciencia cierta que esta pasando. A los “hombres de bien” que luchan, “a toda costa” para que no les falte nada a sus muchachitos. Todos verdaderos cobardes que están vendiendo, tal proxenetas, el futuro de sus hijos,  a cambio de un presente que ya es inseguro, peligroso e incierto.

Ni podemos llamarlos fariseos, pues los fariseos mataron al Hijo de Dios, jamás hubieran condenado a la crucifixión a sus propios hijos, como los “honorables, horados y distinguidos” de este país hacen hoy día con sus hijos, al no hacer nada para cambiar la realidad de Guatemala. Hablan de lo mal que estas las cosas y de cómo los sinvergüenzas se están apoderando del país, pero son incapaces de mover un dedo para decir “ya no más”.

Los prestamos, bonos y corrupción están destruyendo Guatemala. Sin duda sus hijos los recordaran por lo que son, cobardes, inocuos, vende patrias. Los “padres” de hoy, condenan a sus hijos, como mínimo al exilio, pero lo más seguro a la esclavitud. ¿Dónde estará Guatemala en 20 años si nada cambia? ¿Existirá el país siquiera? ¿Se consolidará la cleptocracia y el narco Estado? ¿Qué tendrán que hacer nuestros hijos, para tratar de salir de la cloaca que les heredaremos?

Tenemos la idea que la libertad es algo gratis, que es un derecho inalienable del hombre. Sin embargo la historia nos muestra que la mayoría de personas han vivido en este planeta, lo han hecho bajo algún tipo de esclavitud. Los pueblos que ahora son libres, siempre han luchado y defendido su libertad con su propia sangre.
¿Hasta cuándo Guatemala, hasta cuándo?    

Canción recomendada http://www.youtube.com/watch?v=kDgLlrJ4dIQ.